(Este articulo es una reproducción autorizada del blog Cartas a Stefan, de mi amigo Enrique; en este blog, Enrique ha encontrado la forma de dejar un legado a su hijo, a través de la narración de sus pensamientos, ideas y experiencias, de una manera clara y profunda. Los invito a visitarlo.)
Recuerdo que durante mi época de Universidad, uno de mis mejores amigos tenía como firma una frase célebre, no sé de quién, que a la letra rezaba: “Existen tres tipos de personas: Las que saben contar y las que no”. A mí me parecía divertidísima, hasta el punto en que envidiaba tener algo tan original dentro de mi firma de correo.
Pues bien, después de hablar un poco acerca de la relación de los niños con la tecnología, y de los mitos alrededor del uso de la misma, leí un artículo de TED que me llamó bastante la atención, y que me parece bastante importante para los padres que aún se preguntan si (y en qué condiciones) deben brindar acceso a sus hijos a la tecnología.
Pues según el artículo (Que al parecer está basado en un estudio bastante serio), los niños de hoy en día pueden ser clasificados en tres tipos diferentes de acuerdo a su relación con la tecnología, que a su vez depende del acceso que sus padres les han dado en su primera edad, tanto en cantidad como en calidad. Los tres tipos son los siguientes:
Los Huérfanos Digitales
Los huérfanos digitales son víctimas de la modernidad, de la falta de tiempo de sus padres y de la tecnología: Son aquellos a los que desde pequeños calmaron con un celular, a los que sus padres les compensaron su falta de tiempo con una tableta, aquellos que se pasan la mayor parte del tiempo pegados a los dispositivos sin levantar cabeza y comunicarse con el resto de la humanidad.
Son conocedores de la tecnología, pero en general son más usuarios pasivos que creadores de contenido: Consumen de todo, y muchas veces con poca o ninguna supervision. Sus habilidades sociales son pocas o nulas, y generalmente se expresan más a través de chats y de redes sociales que en una interacción humana normal. Incluso, sus interacciones sociales en línea están plagadas de todos esos vicios que comúnmente se ven en las redes (Trolling, flaming, shaming).
Los huérfanos digitales son verdaderos adictos a la tecnología, desde muy pequeños, y probablemente lo continuarán siendo en la edad adulta.
Los Exiliados Digitales
En el otro extremo, están los exiliados digitales: Aquellos a los que a sus padres les preocupa tanto la tecnología que han decidido restringirles cualquier acceso a ella, dejándolos completamente excluidos de la revolución digital.
Los exiliados digitales viven desconectados en un mundo hiperconectado, y carecen de las competencias digitales que les permiten funcionar como sus pares de la misma edad. El resultado es que en muchos casos son o se sienten excluidos, como el que nunca se vio la película de culto de la que todos hablan… Y corren el riesgo de que en un futuro simplemente no tengan idea de cómo manejar los canales por los que las empresas, el estado e incluso sus amigos se comunican con ellos.
Claramente, las herramientas tecnológicas son cada vez más fáciles de utilizar, y algunos exiliados digitales superan su desconocimiento rápidamente, como los abuelos que aprenden a manejar Facebook y WhatsApp. Y como estos abuelos, algunos de ellos irrumpen en el mundo digital como el que llegó tarde a una fiesta y quiere ponerse a la par de sus compañeros… Una actitud que, tanto en la metáfora como en el mundo digital, puede ser bastante peligrosa.
Los Herederos Digitales
Finalmente, una minoría de chicos cuentan con la suerte de tener un padre o un docente que conoce algo de tecnología (O que está dispuesto a aprender), y que tiene el tiempo para dedicarle a sus hijos (O estudiantes), de forma que pueden no sólo transmitirles este conocimiento, sino también guiarlos en el mundo digital, haciéndolos concientes de la etiqueta digital, de los riesgos y amenazas y de las oportunidades que pueden obtener, en todos los sentidos.
Quizás no suceda en todos los casos, pero en general los herederos digitales van creciendo como usuarios responsables, como productores y consumidores activos más allá de simplemente consumidores pasivos, como capaces de aprovechar todas las herramientas que el internet ofrece en su beneficio y como individuos que se saben mover en un mundo cada vez más digitalizado.
Así que: Sí, en últimas -al parecer -la decisión está en nuestras manos, como padres: Dejarles acceso ilimitado a la tecnología sin ninguna supervisión, afectando sus habilidades sociales a futuro; limitar completamente la tecnología, impidiéndoles el acceso a toda una serie de oportunidades; o guiarlos a través del camino, transmitiéndoles nuestro conocimiento y nuestro criterio, como hacemos en todos los demás aspectos de sus vidas.
Y si somos padres en todo lo demás, ¿Por qué no también en el mundo digital?
Saludos,
Wolf
P.D. (Para padres): No necesariamente tienes que ser un experto en tecnología para guiar a tus hijos en el mundo digital. Quizás un profesor de tu hijo pueda ayudarte con eso, o simplemente pueden aprender juntos. Quizás te interese ver páginas como EnTICConfio, o la reciéntemente abierta Niños Digitales, que se centra en estos temas y está liderada por un gran amigo en el que confío bastante para abordarlos con toda la seriedad.
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